jueves, 19 de mayo de 2022

EL EVANGELISTA DE NIÑOS, LA PALABRA Y SU EXPERIENCIA DE SALVACIÓN.

 

Hay en Palabra de Dios verdades que tal vez conozcamos desde hace mucho tiempo, pero que siempre es bueno repasar. Como cuando tomamos un vaso de agua y ésta se hace una con nuestro organismo, así la palabra del Señor debe ser incorporada en nosotros, no solo en nuestro intelecto, sino en lo más profundo, sellada en el corazón y vivida en la experiencia.

Lea los siguientes pasajes, y responda las preguntas. Luego, continúe con la lectura del comentario.

 

1. La necesidad de un salvador.

Romanos 3.10 -18; Romanos 3.23; Romanos 5.12 – 21

a.    ¿Quién es justo, según Dios?

b.    ¿Qué características acompañan a estas personas?

c.    ¿Qué consecuencia, según Dios, tiene esto para la eternidad? 

d.    ¿Por qué causa entró el pecado en el mundo?

 

Comentario:


Hay mucha confusión en el común de la gente, respecto de “la manzanita”. Como si el pecado se resumiera en comer o no comer cierto tipo de fruta, y nada más. El Árbol de la Vida, al que el hombre y la mujer tenían libre acceso, les aseguraba la vida eterna, la misma vida de Dios. El árbol del Conocimiento del bien y del mal, por el contrario, aseguraba una vida alejados de la presencia de Dios, librados a su propio criterio y voluntad. El prestar oídos a la voz del enemigo de Dios, y el ejercer la propia voluntad para desobedecer al Creador, redundó en la ruptura de las relaciones entre ambos, y la consiguiente expulsión del jardín de las delicias. En realidad, esa expulsión fue una muestra del cuidado de Dios hacia sus criaturas, pues, si luego de la caída comían del Árbol de la vida, vivirían para siempre en pecado, y no habría posibilidades de salvación… Pero Dios ya tenía todo previsto…

lunes, 16 de mayo de 2022

¿EL HUEVO O LA GALLINA?

 Es muy conocido este planteo: “¿Qué es primero, el huevo o la gallina?”… Podemos argumentar, algunos, que primero es el huevo, porque de él nace la vida, que crece y se reproduce… Pero otros,  que lo es la gallina, pues sin ella no habría huevo…

En cuanto al evangelismo del niño hay diferentes posiciones entre los creyentes. Algunos entienden que el niño ya es salvo, porque Jesús dijo que “de los tales es el Reino de los cielos” (S. Mateo 19:14). Otros, opinan que mediante un rito como el bautismo, ya son incorporados al Cuerpo de Cristo; otros más, consideran que recién cuando sean adultos podrán comprender las cuestiones relativas a la salvación y recibir a Jesucristo como su Salvador. Y así, algunos opinan que un niño puede ser salvo la primera vez que escucha el evangelio, mientras que otros insisten en que el niño debe ser instruido en la Palabra de Dios antes de alcanzar la salvación.

Al presente, si observamos la situación del mundo, y vemos cómo los niños son depositarios de la maldad humana, comprenderemos que no podemos perder tiempo en llevarles a pasar de muerte a vida. Podemos mencionar hogares destruidos, padres abandónicos, sobreprotección, falta de límites, abusos diversos, alcoholismo, drogadependencia, enfermedades sicosomáticas, trastornos siquiátricos,  entre otros males que afectan cada vez más temprano a la niñez del siglo XXI.  Es hora de hacer prevención. Es hora de, como decía el apóstol Pablo, no andar como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos… entendidos de cual sea la voluntad del Señor… (Efesios 5: 15 – 17) Y con respecto a la voluntad del Padre… basta remitirnos a las palabras de Jesús expresadas en S. Mateo 18:14 “… no es la voluntad del Padre que está en los cielos, que se pierda ni uno de estos pequeñitos”. Expresando la oración en sentido positivo, podemos decir: “Es la voluntad del Padre que está en los cielos, que todos estos pequeñitos sean salvos”.  O, como lo expresó también Jesús: “Vayan por todo el mundo, y prediquen el evangelio a toda criatura”. S. Marcos 16:15

En ese “toda criatura” entendemos que se hallan también los niños. Como una ilustración práctica, podemos pensar en una hermosa planta artificial, tan bien hecha que hay que mirarla de cerca para reconocerla como tal. Imaginemos que todos los días la regamos fielmente… ¿Cuánto tiempo tardaremos en verla crecer?

O, tal vez la pregunta debería ser… ¿la veremos crecer? Porque el factor fundamental para el crecimiento, es la vida. Si no hay vida, no hay crecimiento.

Imagina a tus alumnos en la clase bíblica… Cada semana les llevas lecciones hermosamente preparadas, con desafíos a vivir como cristianos, con enseñanzas para que conozcan a Dios… Pero… Un momento… ¿Están creciendo? ¿Notas avances en su vida espiritual? Tal vez debas contemplar la posibilidad de que muchos de ellos no tengan vida. Porque sin Cristo en el corazón, no hay vida de Dios en el ser humano, en consecuencia, tendremos muchos asistentes a la iglesia con apariencia de cristianos pero muertos en su espíritu.

Como ves, es prioritario asegurarnos de que esta generación llegue a conocer al Señor y Salvador Jesucristo.

Tenemos que considerar que la conversión no se produce ni por palabras humanas convincentes, ni por repetir una oración como un “efecto automático”. La conversión es el resultado de la palabra de Dios obrando en una vida, utilizando muchas veces a otra vida y otras directamente, bajo la convicción de pecado que solo puede impartir el Espíritu Santo.

H.M.G.

(Continuaremos)

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